5 nov 2015

(Abby y Brittany gemelas siamesas)

Los gemelos nunca pasan inadvertidos, y a través de la historia han sido objeto de curiosidad, fascinación y rechazo por algunas culturas. Estas emociones se intensifican cuando dichos seres nacen unidos en alguna parte de su anatomía, lo que representa un reto para la ciencia médica al intentar separarlos mediante cirugía, pues es de alto riesgo.

El término "siameses" nace de la gran popularidad de la que gozaron dos hermanos que sufrieron esta anomalía, Chang y Eng Buker, quienes nacieron en una región llamada Siam (hoy Tailandia) en 1811 y, pese a permanecer fusionados por una porción de la región abdominal, vivieron bastante tiempo.

¿Por qué nacen unidos?

Generalmente, los embarazos llevan a la formación de un solo bebé, sin embargo, hay ocasiones en que puede nacer más de un hijo, proceso que llega a presentarse de las siguientes maneras:

- Gemelos biovulares o bivitelinos. Se constituyen cuando dos óvulos son fecundados por dos espermatozoides en forma independiente, lo que permite que cada feto tenga en forma separada saco gestacional, cordón umbilical y placenta; da lugar al nacimiento de bebés con distintas características genéticas.
- Gemelos monovulares o univitelinos (idénticos). En estos casos sólo un óvulo es fertilizado por un espermatozoide, lo que genera un cigoto que, por razones desconocidas, se divide en dos porciones, cada una de las cuales desarrolla un feto. Los productos formados comparten la misma placenta y saco gestacional, pero cada uno tiene su propio cordón umbilical.
- Siameses. Se originan igual que los gemelos idénticos, pero durante el proceso de separación de las células se presenta un error, pues de manera normal la división de embriones ocurre en los primeros 10 días después de la fecundación, pero con los siameses tiene lugar aproximadamente en el día 13. Este retraso ocasiona que no se dividan bien las estructuras celulares y, por ende, los bebés compartan órganos.

Los siameses se clasifican en:

- Simétricos. Son del mismo tamaño y su proporción corporal es prácticamente igual sin importar en dónde estén unidos, característica que brinda la posibilidad de que sean separados mediante intervención quirúrgica, siempre y cuando no se compartan órganos vitales indivisibles, como cerebro, hígado o corazón. La variedad más frecuente son los llamados onfalópagos (unidos en la región umbilical), toracópagos (fusionados en la cara anterior del tórax) e isquiópagos (unidos en la pelvis).
- Asimétricos. Se denominan así cuando uno de los bebés está casi completo y normal (gemelo autósito), y el otro es incompleto (gemelo parásito) y dependiente del primero para poder crecer. Casos extremos de mellizos unidos son aquellos en los que un gemelo está dentro del otro, generalmente en forma de tumores del tamaño de una pelota de tenis, con dientes y cabello.

DETECCIÓN
Para diagnosticar un embarazo de siameses es necesario realizar un ultrasonido de alta resolución, método que consiste en hacer especie de barrido con un aparato que emite ondas de sonido que traspasan los tejidos del vientre materno para llegar a donde están los bebés y reflejar sus estructuras, las cuales son capturadas y trasladadas a un equipo de cómputo que las procesa y muestra imagen clara y exacta de las zonas unidas.
Desde el primer trimestre de gestación los progenitores pueden saber si sus gemelos son siameses, lo que les permite decidir si continúan o no con el embarazo. Lo anterior no es una decisión fácil, y para tomarla se necesita la ayuda de un grupo de profesionales de la salud que estén trabajando en el caso, como ginecólogos, ginecobstetras, genetistas y psicólogos.
Pero lo difícil no termina aquí, porque aun cuando continúen con el embarazo y nazcan los niños, tendrán que decidir si los separan o no, aunque esto pueda significar la muerte de uno de ellos o ambos; ante esta situación, el papel de los médicos es presentar a los padres los pros y contras de las alternativas de tratamiento, pues finalmente son los progenitores quienes tomarán la última decisión.
Es importante resaltar que la mayoría de los partos de mujeres que han procreado siameses culminan en cesárea, por el bien de la madre y de los bebés.

Separación: alto riesgo
Antes de abordar el complejo desafío quirúrgico que representa la separación de una pareja de siameses, es necesario conocer, con la mayor precisión posible, las regiones anatómicas que comparten, pues aunque tanto esqueleto como sus puntos de unión son fáciles de estudiar radiológicamente, en los individuos que se encuentran unidos resulta complicado.
Antes de efectuar la intervención quirúrgica es fundamental realizar un estudio exhaustivo para determinar qué órganos están completos y si es posible llevar a cabo la separación, pues cuando existe alguna estructura importante compartida y hay que decidirse por el bebé que tiene más posibilidades de sobrevivir realmente es una situación aterradora.
Por otra parte, es indispensable considerar que la intervención quirúrgica puede proporcionar mejores resultados cuando se realiza entre los 5 y 12 meses de edad; asimismo, cabe resaltar que la supervivencia de estos niños una vez separados es de 53% en los simétricos, mientras que en los asimétricos (en los que comúnmente hay que elegir a uno de los bebés), asciende hasta 90%.
Como puede ver, lamentablemente no siempre es posible que los gemelos siameses sobrevivan, por lo que es recomendable buscar asesoría de especialistas médicos altamente calificados para poder tomar la mejor decisión.

Publicado por: Javier Cruz

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